Los expertos de Roskachestvo realizaron redadas en tiendas de abarrotes en Rusia y otros puntos de venta minorista nacional. Las albóndigas se convirtieron en objeto de investigación de especialistas, cuyo surtido se presenta en refrigeradores de pequeñas tiendas en abundancia.
Como resultado del análisis cuidadoso de las muestras tomadas de las tiendas de comestibles, se reveló que todas las albóndigas en las ventas minoristas no pueden llamarse un producto de alta calidad.
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Ninguna de las muestras de prueba no cumple con los estándares estatales de calidad.
Los fabricantes de tales albóndigas en su defensa señalaron que tales resultados son el resultado de un control débil en el lugar de trabajo. Los fabricantes prometieron rectificar la situación en poco tiempo, cambiar de proveedor y fortalecer el control sobre la fabricación de productos.